Cambalache

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            Que el mundo fue y sera una porqueria,
            ya lo sé;
            en el quinientos seis
            y en el dos mil también;
            que siempre ha habido chorros,
            maquiavelos y estafaos,
            contentos y amargaos,
            valores y dubles,
            pero que el siglo veinte es un despliegue
            de malda insolente
            ya no hay quien lo niegue;
            vivimos revolcaos en un merengue
            y en un mismo lodo todos manoseaos.


            Hoy resulta que es lo mismo
            ser derecho que traidor,
            ignorante, sabio, chorro,
            generoso, estafador.
            Todo es igual; nada es mejor;
            lo mismo un burro que un gran profesor.
            No hay aplazaos ni escalafón;
            los inmorales nos han igualao.
            Si uno vive en la impostura
            y otro roba en su ambición,
            da lo mismo que si es cura,
            colchonero, rey de bastos,
            caradura o polizón.


            Que falta de respeto,
            que atropello a la razón;
            cualquiera es un señor,
            cualquiera es un ladrón.
            Mezclaos con Stavisky,
            van Don Bosco y la Mignon,
            don Chicho y Napoleón,
            Carnera y San Martín.
            Igual que en la vidriera irrespetuosa
            de los cambalaches
            se ha mezclao la vida,
            y herida por un sable sin remaches
            ves llorar la Biblia contra un calefón.


            Siglo veinte, cambalache
            problemático y febril;
            el que no llora, no mama,
            y el que no afana es un gil.
            Dale nomás, dale que va,
            que allá en el horno nos vamo a encontrar.
            No pienses mas, échate a un lao,
            que a nadie importa si naciste honrao.
            Que es lo mismo el que labura
            noche y día como un buey
            que el que vive de los otros,
            que el que mata o el que cura
            o está fuera de la ley.




CAMBALACHE
Letra de Enrique Santos Discépolo
Música de Enrique Santos Discépolo

Fue estrenado por Sofia Bozan en la revista del teatro Maipo pese a que, segun una anecdota muy difundida, el productor Ángel Mentasti trato de impedirlo pues habia encargado esa letra a Discépolo para su proxima pelicula, "El Alma del Bandoneon". En este film, también estrenado en 1935, lo canto Ernesto Fama'. Ese mismo año lo grabo Roberto Maida acompañado por la orquesta de Francisco Canaro en el sello Odeon, y en 1936 Tania en Paris (dirigia la orquesta el propio Discépolo).

Durante la decada del 40, sobresalen las versiones de Roberto Arrieta con Miguel Caló (Odeon) y Alberto Echagüe con Juan D'Arienzo (Victor). Entre diversas grabaciones posteriores, merecen recordarse las de Tita Merello (Odeon,1956), Edmundo Rivero con Héctor Stamponi (Phillips, 1959), Virginia Luque en Microfon, Julio Sosa con Leopoldo Federico, Rubén Juárez con A. Pontier (Emiodeon, 1973) y Susana Rinaldi con el conjunto dirigido por J.C. Cuacci y Julian Plaza (Trova, 1976) Como indicio de la confusión contemporanea, Discépolo menciona una serie de figuras contrastantes y de actualidad a comienzos de la decada del 30: el estafador Alexander Stavisky, que se suicido en una carcel de Bayona en 1934; Bosco fundador de los salesianos, canonizado por el Papa Pio XI en aquel mismo año; Don Chicho, apodo del jefe de la mafia argentina, Juan Galiffi, detenido y procesado en 1932, y Primo Carnera, boxeador italiano que retuvo el titulo de campeon muncdial de peso completo en el bienio 1933-1934. En cuanto a "La Mignon" parece la forma usual entre nosotros de la voz francesa mignone con el valor de "querida " o "mantenida".

Dos famosos militares, uno frances de fines del siglo XVIII y comienzos del XIX, y el otro libertador de un amplio territorio sudamericano, le sirven de contraste frente a los "heroes" de las páginas policiales y deportivas del periodismo sensacionalista representado en ese momento por "CRITICA". El registro coloquial del texto ("Maldá", "igualao", "vamo", etc) y sus lunfardismos ("gil", "chorro", "labure") explican asimismo que "maquiavelos" tenga esa conotación casi delictiva, cuando Nicolás Maquiavelo, autor de El Principe (1513) fue en realidad solo el iniciador de actitudes realistas y practicas en materia de filosofia politica. Acerca del caracter revulsivo de este tango, basta decir que casi medio siglo después de su aparición, la dictadura militar que goberno el pais a partir de 1976 decidio "recomendar" su no difusión.

Carlos de Arruda menciona lo sig: Acredito que a menção de "La Mignon" pode ser uma referência á ópera "Mignon", de Ambroise Thomas (Metz, França, 1811 - Paris, 1896), muito popular no primeiro quartel de século XX.

 

  Actualizado en enero del 2003

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